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PorNosedese

Nuestros proveedores: Chocolates Artesanos Isabel

Desde2013
LocalidadAlcorisa, Teruel (a 127 km. de Zaragoza)

En esta ocasión, Isabel nos dedica unos minutos para que podamos degustar un poco de la dulzura de Alcorisa. Vamos a conocer los ingredientes que hacen que los productos de Chocolates Artesanos Isabel dejen tan buen sabor de boca, y no solo en el paladar.

«Trabajar de esta manera es tener la garantía de que las personas que cultivan este cacao cobran un salario justo, no hay esclavitud, no hay trabajo infantil…»

¿Cómo surge el proyecto?

Soy pastelera de profesión. Tras trabajar en pastelerías prestigiosas, en 2013 abrí un pequeño obrador en un local muy pequeñito que tenía mi madre. Era un local donde no había nada, porque nadie en mi familia se dedica a esto, pero a mí me gustaba y empecé a trabajar en ello. Como siempre he sido consumidora de ecológico y de productos de comercio justo, siempre tenía en la cabeza de dónde venían las materias primas que utilizábamos, las condiciones de las personas que cultivaban los ingredientes, cómo vivían y trabajaban, etcétera.

¿Por qué apuestas por este tipo de producción?

Llegó un momento en que me di cuenta de que, en lugar de enfocarlo únicamente a la pastelería, quería hacer chocolate trabajado de esta manera, en comercio justo y en ecológico.

En un principio, lo que hacemos todos los pasteleros es comprar el chocolate preparado, ya hecho. El cacao ya está tostado, ya lleva el azúcar y el resto de ingredientes, ya lo lleva todo y lo único que se hace es fundirlo y darle una forma diferente o añadirle otros ingredientes.

«Tuvimos que ir al origen y empezar a elaborar el chocolate en lugar de comprarlo preparado, es decir, hacer todo el proceso: comprar el cacao, tostarlo, añadir el resto de ingredientes, y elaborar el chocolate»

Nosotras, al empezar a trabajar en ecológico y en comercio justo, vimos que apenas había chocolates con esta doble certificación, así que para poder trabajar como queríamos, tuvimos que ir al origen y empezar a elaborar el chocolate en lugar de comprarlo preparado, es decir, hacer todo el proceso: comprar el cacao, tostarlo, añadir el resto de ingredientes, y elaborar el chocolate. Eso es lo que estamos haciendo: chocolate artesano elaborado desde la semilla del cacao y certificado por agricultura ecológica y por comercio justo.

Lo que me llevó a esta opción es, sobre todo, tener la garantía de que las personas que cultivan este cacao cobran un salario justo, no hay esclavitud, no hay trabajo infantil, etcétera.

¿Cómo es la plantilla de Chocolates Artesanos Isabel?

Al principio empecé yo sola. Ahora somos más, aunque no siempre somos las mismas ya que el trabajo del chocolate depende mucho de la temporada. Cuando pasa la Semana Santa, estamos unas 8, ya que en esta época el chocolate se vende menos; para Navidades podemos estar unas 15 aproximadamente lo que pasa es que muchas compañeras hacen medias jornadas para poder conciliar. Somos todas mujeres, y normalmente somos nosotras las que tenemos que hacernos cargo de los cuidados y de la familia, y a veces resulta muy difícil conciliar con un contrato de jornada completa. Hay que adaptarse un poquito a lo que cada una puede hacer.

Era fundamental en tu proyecto el comercio justo, ecológico, el trabajo femenino…

El cacao viene con una historia muy oscura detrás. Nos parecía muy importante tenerlo presente y que el cacao con el que íbamos a trabajar fuese libre de esclavitud, trabajo infantil, y otras malas prácticas. Que las personas que cultivaban ese cacao, igual que el resto de materias primas, recibiesen un sueldo justo, un sueldo digno por su trabajo. Esto es lo que nos decidió apostar por el comercio justo. También decidimos certificarnos por Agricultura Ecológica.

«Trabajar con mujeres también es una apuesta por disminuir la tasa de paro femenino rural y por visibilizar el trabajo de la mujer: en el mundo del cacao siempre hay más campesinas y más agricultoras que agricultores y sus condiciones laborales son peores»

El hecho de trabajar con mujeres también es una apuesta por disminuir la tasa de paro femenino rural (más alta siempre que el paro masculino) y por visibilizar el trabajo de la mujer: en el mundo del cacao, aunque no lo parezca, siempre hay más campesinas y más agricultoras que agricultores y sus condiciones laborales son peores. Queremos darle más protagonismo a ella, que suele hacer un trabajo mucho menos visible.

Por todo ello, apostamos por estos valores que definen y guían el proyecto y nuestra forma de hacer chocolate.

¿Cómo valoras el impacto social que tenéis en la zona?

Al estar en el medio rural nos parecía muy importante poner en valor y trabajar con materia prima de cercanía. Por ejemplo, los frutos secos; o el aceite de oliva que, aunque a priori puede ser una materia prima que no se utilice de forma habitual en chocolatería, hemos conseguido que funcionase también con el chocolate. Lo mismo con otras materias primas, que son importantes para la economía local y que a primera vista puede parecer que no quedan bien con el chocolate como el azafrán, la trufa negra o la cebolla de fuentes, también estamos haciendo chocolate con ellas.

Nos parece importante, en una zona rural, que también se hable de esos productos y se les visibilice. Al final todo ello genera riqueza en nuestro entorno. Es especialmente importante en una zona como la nuestra, en el medio rural de Teruel donde tenemos un grave problema de despoblación.

¿Cómo ha sido la evolución en estos años?

Pues la verdad que ha sido muy positiva, sobre todo, teniendo en cuenta que somos una empresa muy pequeñita, pero a día de hoy somos la única empresa en España que trabaja de esta manera el chocolate. La única empresa de chocolate artesano con esta doble certificación e implantando criterios éticos en todas las fases de producción.

A pesar de estar aquí, en un pueblecito de Teruel como Alcorisa, de difícil acceso, se nos está conociendo en muchos sitios. Estamos creciendo bastante y la verdad, es que a día de hoy estamos muy contentas porque la evolución en estos últimos años ha sido muy buena muy positiva.

¿Qué beneficios creéis que este modelo aporta a la salud de las personas, de nuestro planeta, economía local…?

Pensamos que nuestra forma de trabajar es una forma de trabajar más justa y más adecuada. Trabajar en ecológico sabemos que es más beneficioso para la salud de las personas y para la salud del planeta.

Trabajar en Comercio Justo es la forma de respetar los derechos de las personas trabajadoras.

El hecho de que elaboremos chocolate desde la semilla de cacao, nos permite tener el control en todas las fases de producción, pudiendo hacer un chocolate saludable de verdad, sin azúcares refinados ni grasas que no son propias del cacao (como las grasas de coco o palma, muy habituales en otros chocolates). Además claro, de lo bueno que está.

¿Qué es lo más gratificante y lo más difícil de vuestra empresa?

Estamos muy satisfechas haciendo algo bastante innovador en lo que a chocolate artesano que se refiere. Trabajar con criterios éticos desde el principio hasta el final y luego introducir materias primas que no son propias de lo que es la chocolatería, que no son las habituales pero que son más beneficiosas para la salud.

Para una empresa pequeña como nosotras, muchas veces es complicado gestionarlo todo y nos cuesta mucho encontrar proveedores. Hay que tener en cuenta que no tenemos línea convencional, es decir, todo lo que elaboramos es ecológico y es de comercio justo, todas las materias primas que utilizamos tienen que tener esta doble certificación, y la verdad, que nos cuesta mucho encontrar proveedores con esta doble certificación que además hagan un producto que nos guste.

A nivel burocrático el tema de las certificaciones es difícil para las empresas pequeñas, quizás es lo más complicado.

Vuestro esfuerzo también ha tenido su recompensa en forma de premios y galardones

Reconocimientos y premios hemos tenido bastantes y algunos muy bonitos. Por ejemplo, el último Premio Medio Ambiente, que otorga el Gobierno de Aragón una vez al año. También nos concedió un premio el Ministerio de Agricultura por ser mujeres emprendedoras e innovadoras en el medio rural, el Premio del Gobierno de Aragón a la responsabilidad social, el premio Biocultura al mejor producto ecológico del año…

¿Nos recomiendas algún producto en especial?

Bastantes. El principal, el que es nuestra seña de identidad, las “Piedrecicas del Calvario”, un producto muy típico de aquí, de Alcorisa, y también elaborado con materia prima local en su mayor parte: la almendra marcona, la miel de romero y el chocolate.

Lo que más vendemos son las tabletas: chocolates que elaboramos en nuestro obrador con panela, chocolates de leche veganos, cremas para untar con aceite de oliva, bombones…

¿Proyectos, objetivos a futuro?

Tenemos muchos la verdad: en breve nos gustaría poner en el mercado nuevos productos, entre ellos los bombones que van a ser seguramente los primeros bombones ecológicos y de comercio justo que se hacen en España. También vender más, llegar a más sitios, para poder crear más puestos de trabajo. Ahora mismo estamos empezando a vender en otros países de Europa y la verdad es que eso nos hace especial ilusión, que productos de aquí, de Teruel, de Alcorisa, se estén vendiendo fuera.

Gracias por vuestro apoyo a la alimentación sostenible y de calidad.

Isabel, muchas gracias por dedicarnos parte de tu tiempo, en contarnos este proyecto tan valioso por los valores que defiende.