Desde | 2005 |
Localidad | Valdealgorfa (120 km. a Zaragoza) y Calaceite (138 km.) |
Plantilla | 3 trabajadores |
Producción | Ecológica |
Ecomatarranya fue el productor que inauguró las estanterías de A Vecinal. Es una sociedad agraria de transformación (SAT) formada por tres socios: Daniel, Luis y Juan. Bajo esta forma legal comercializan aceite y olivas. También producen almendras, que venden al por mayor.
Les conocemos un poco más mediante el testimonio de Daniel, también socio de A Vecinal y un defensor de sus principios, que aplica en su forma de producir y consumir día a día.
Antes de ser productores eco éramos consumidores eco
«Ya éramos agricultores. Coincidimos en la lucha en contra de los quemadores de yoduro de plata, allí nos conocimos y perfilamos el proyecto de Eco Matarranya. Decidimos tomar las riendas para potenciar nuestro producto y darle valor en sí mismo. Nos unían también nuestros valores: el respeto al planeta y la alimentación coherente y natural».
Contaban con cierto bagaje, ya que el padre de Daniel era productivista, y Luis repartía cestas ecológicas en Barcelona, uno de los primeros en desarrollar esta actividad (tiempo más tarde volvió al pueblo y se puso con el almendro y el olivo). En el caso de Juan, aunque sus padres son carniceros, sí que empieza de cero en la agricultura en eco.

En Ecomatarranya, cada socio tiene sus hectáreas y su producción propias: Daniel está en Calaceite, y Juan y Luis en Valdealgorfa. Comparten maquinaria y se prestan ayuda según necesidades de cada uno, normalmente en picos de trabajo.
«Formamos la sociedad sólo los tres, no tenemos a nadie contratado de forma fija». En 2020, Daniel sí que tuvo que contratar a una persona, por el trabajo que dieron las grandes nevadas de principio de año.
Esta forma de trabajo colectiva, el compartir y el apoyo mutuo, es de vital importancia para ellos. Como nos cuenta Daniel, comenzaron juntos «con el tema de comercialización del producto de la zona, creando nuestra marca y cooperando»; además, la compra conjunta de maquinaria les permite «tener mucha mejor herramienta».
El compartir herramientas de trabajo además les «permite experimentar cosas» que individualmente no podrían, sin dejar de producir «lo mismo que los convencionales».
La producción ecológica es la mejor herramienta para la salud y además fija población en los pueblos
«Aunque a nivel económico no podemos competir con grandes plantaciones, la línea eco es una forma de que los pueblos sigan vivos y de que tengamos un producto exclusivo que sí que pueda interesar en la población».
Daniel nos confiesa que esta apuesta fue difícil al principio. «Se te señala y los productores defensores del convencional se burlan y te ningunean. No tenía experiencia y nos llamaban guarros por tener la tierra llena de malas hierbas al no usar pesticidas»
Sin embargo, ha merecido la pena: «¡La evolución estos años ha sido estratosférica, nos tenían que haber dado el premio del año! El crecimiento personal y profesional ha sido muy grande. Lo que más valoro es la cooperación, salir del individualismo y abrir camino, otro camino. Ahora la gente te respeta y valora tu trabajo».
«Tenemos referentes como la gente de red de semillas, Cerai, grupos de consumo, UAGA o la Ecored, donde hemos conocido otros agricultores y consumidores y hemos podido hacer cosas juntas».
Para cerrar, Daniel nos muestra su visión para el futuro: «básicamente mantenernos así, o si acaso darle una vuelta al tema de las almendras, si el mercado nos lo demanda. Las limitaciones físicas nos frenan, y también las climáticas. Ojalá llueva más.»
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